La comunidad cristina tiene como meta alcanzar la promesa del Padre, reconociendo a Jesucristo , Hijo de Dios, enviado para nuestra salvación con la presencia del Espíritu Santo.
Para ello, siguiendo la enseñanza de Jesús, se empeña en vivir de acuerdo a los valores y mandamientos que él nos regala.
Necesitamos continuamente su gracia, el Espíritu Santo prometido por Jesús actúa en la Iglesia y nos acompaña. La oración y la celebración de los Sacramentos son garantía de nuestro caminar con Cristo.
324 .La celebración Eucarística es el centro de la vida cristiana. La Eucaristía es «fuente y culmen de toda la vida cristiana» (LG 11). «Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua» (PO 5).
1325 «La comunión de vida divina y la unidad del Pueblo de Dios, sobre los que la propia Iglesia subsiste, se significan adecuadamente y se realizan de manera admirable en la Eucaristía. En ella se encuentra a la vez la cumbre de la acción por la que, en Cristo, Dios santifica al mundo, y del culto que en el Espíritu Santo los hombres dan a Cristo y por él al Padre» (Instr. Eucharisticum mysterium, 6).
Los Sacramentos en la Iglesia nos unen tan estrechamente cristo que por la presencia del Espíritu Santo nos hacemos signos del mor de Dios en el mundo